“Las familias se están endeudando para
poder comer, porque pagan el alquiler, pagan los servicios y se termina el
salario. La mayoría de las familias está teniendo múlti-empleos para poder
sostener la vida cotidiana y, como dice nuestro presidente, ‘no estar
muriéndose en la calle’, con una imagen muy patética de lo que es la mirada
política social sobre la ciudadanía argentina”.
Pamela nos cuenta que comparten cuadros
comparativos en los cuales se propone el analizar cuanto puede cubrir un
salario, restando el pago del alquiler y de una canasta básica. “Vemos que, en
el mes de septiembre las familias directamente quedaron en rojo y hay situaciones
mucho más precarias, por ejemplo, las situaciones de jubilados y jubiladas que
alquilan, que necesitan tener tres jubilaciones mínimas para poder sostener una
alimentación acorde y un alquiler”.
Relación
entre el inquilino y los propietarios.
“La informalidad en la que estaba el
mercado del alquiler en general se agudizó. Antes teníamos una ley que más o
menos el propietario particular trataba de respetar, porque siempre prima en el
tema de alquileres la voluntad de los propietarios”.
“Muchas
más personas han pensado en alquilar el ‘cuartito’, entonces se generan otras
condiciones de informalidad al momento de alquilar”.
Actualmente se dificulto el alquiler a
través de inmobiliarias por los altos costos que implica el alquiler por esta vía.
“Nos da pena, porque es una de las formas más allegadas a la realidad de
formalidad que se esperaría en el vínculo de alquiler, más allá de que después
las propias inmobiliarias incumplen las pocas normas que existen”.
Igualmente, a pesar de que no hay una ley, el
código civil y comercial estipula algunas normas para que el mercado del
alquiler tenga ciertos códigos por los cuales nos podemos defender con un
abogado o con la defensoría pública.