El líder sindical, representante de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), expresó su preocupación por el aumento de la informalidad, el desempleo y la desigualdad en las Américas, factores que amenazan la cohesión social y la calidad democrática en la región. Además, condenó los asesinatos, persecuciones y encarcelamientos de dirigentes y organizaciones sindicales, reafirmando la importancia de la libertad sindical, la negociación colectiva y el derecho a la huelga como pilares fundamentales de la gobernanza.
En relación con la situación en Argentina, Martínez criticó duramente las políticas del gobierno de Javier Milei, que calificó de confrontacionales y desatendidas a las demandas económicas y sociales. Señaló el desfinanciamiento de la salud y la educación, la falta de políticas de ingresos y empleo, y la transferencia de roles estatales al sector privado, lo que, según él, afecta los valores de la justicia social. «Sin Estado no hay nación», enfatizó, abogando por un Estado moderno que promueva un desarrollo estratégico inclusivo.
El discurso hizo hincapié en la alarmante situación de pobreza e indigencia que afecta a casi la mitad de la población argentina, a pesar del gran potencial productivo y económico del país. Martínez destacó que más del 40% de los trabajadores argentinos se encuentran en la informalidad y llamó a ser parte de la solución a través de un pacto entre la producción y el trabajo. «Queremos ser escuchados. Sabemos qué hacer», afirmó, proponiendo una mesa de diálogo donde la voz de los trabajadores sea respetada.
Uno de los puntos más enfáticos de su intervención fue la defensa del libre ejercicio de la negociación colectiva y el rechazo a cualquier imposición de topes salariales. «Hay que levantar el cepo al salario», exigió Martínez, subrayando que el consenso para reducir la inflación debe ser el resultado de un esfuerzo compartido y no del sacrificio exclusivo de los trabajadores, la clase media y los sectores más vulnerables, como los jubilados, quienes enfrentan una «doble violencia» por la falta de ingresos dignos y la represión al movilizarse.
Martínez también reafirmó el compromiso de los trabajadores con la Coalición Mundial por la Justicia Social y la necesidad de una agenda de diálogo que promueva el desarrollo, la producción y el trabajo con inclusión social y valores solidarios. «Ninguna fuerza política podrá resolver los problemas estructurales en soledad», advirtió, destacando el rol de los trabajadores en el diseño de una sociedad más justa.
El discurso de Gerardo Martínez resonó como un llamado a la acción para construir una Argentina que combine desarrollo económico con justicia social, revalorizando el diálogo social tripartito como herramienta clave para superar las crisis y garantizar los derechos laborales en un contexto global desafiante.