Los candidatos presidenciales de Unión
por la Patria, Sergio Massa, y de La Libertad Avanza, Javier Milei, se
enfrentaron en el último debate antes del definitorio balotaje. A lo largo de
casi dos horas, Massa y Milei se embarcaron en una discusión carente de propuestas
en la que las acusaciones mutuas podrían terminar de capturar o espantar a los
votantes indecisos.
Desde la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires (UBA), los candidatos estuvieron por última vez
cara a cara, en lo que fue una jornada crucial para intentar torcer la balanza
en la previa a la segunda vuelta electoral del 19 de noviembre.
Massa logró imponer su agenda y salió
aireado. En especial durante el primer bloque, cuando pasó a la ofensiva y
obligó a Milei a responder un interrogatorio sobre sus propuestas más
polémicas, muchas de las cuales figuran en su plataforma electoral. Instando a
la ciudadanía a "googlear" cada una de sus afirmaciones sobre su
rival, Massa expuso al libertario en cada una de sus declaraciones y lo obligó
a confirmar que no eliminará la educación pública, los subsidios y otras
políticas sociales. En uno de los puntos más altos de la noche, lo terminó
forzando a confirmar que cerrará el Banco Central y que va a dolarizar la
economía.
En el segundo bloque los candidatos se
repartieron la iniciativa: se alejaron de los ejes y hubo denuncias cruzadas y
acusaciones sobre las jubilaciones y la relación con los empresarios. También
hubo una coincidencia en materia de seguridad, cuando Milei le reconoció a Massa
su gestión ante la intendencia de Tigre. "No hay una cuestión ideológica.
Cuando las cosas se hacen bien, yo las reconozco. Lo que has hecho en Tigre es
bueno. Y querer extenderlo al resto del país es bueno", dijo Milei.
El libertario había arrancado con elevado
tono (y algún exabrupto) y moderó su compostura para el segundo bloque, luego
de haberse reunido con Karina Milei y Victoria Villarruel. Apelando a su
discurso "anti casta", intentó arremeter contra Massa por haber
formado parte de los últimos gobiernos. Lo llamó "mentiroso" y
"rey de la casta", pero esto no alcanzó para desestabilizar a su
rival ni para asociarlo a sus socios de la coalición gobernante.
La inflación fue el gran tema ausente de
la noche. El libertario desaprovechó la oportunidad para que Massa respondiera
sobre la crisis económica, la pobreza o la inestabilidad cambiaria, algunos de
los puntos débiles que tiene en su doble rol de candidato y ministro de
Economía. Una falla similar estuvo en lo poco incisivo que estuvo Milei con otros
temas que hubieran expuesto a Massa, como su postura frente al juicio a la
Corte Suprema impulsado por el kirchnerismo o el escándalo de espionaje ilegal
que salpicó la recta final de la campaña.