Muchos están en planta permanente y permanecen en los despachos sin tener tareas esenciales. Hay legisladores con 40 empleados en sus oficinas. Piden que se revise qué pasa con quienes no trabajan en ningún despacho ni en comisión.
El último jueves, en una sesión que para
muchos sectores de la política puede catalogarse de escandalosa, los senadores
votaron a mano alzada un fuerte aumento de sus salarios, que en algunos casos
llega a un bruto de $7,2 millones. Esa cifra es tan solo uno de los números que
el Congreso de la Nación destina para el funcionamiento de la Cámara Alta. Los
senadores tienen una legión de asesores que demandan otra multimillonaria cifra
en pesos. Según pudo saber , al analizar
los registros oficiales de cada despacho, los 72 senadores poseen 1132 asesores
que representan, mes a mes, al menos $840 millones en salarios.
La cifra en rigor es mucho mayor y difícil
de calcular. En los despachos de los senadores, se pueden encontrar dos clases
de asesores: los de planta transitoria y los de planta permanente. Para los
primeros -que suelen ser los de más confianza- cada senador tiene un
presupuesto mensual de $11.676.000. Son 7000 módulos con un valor de $1668 cada
uno. El legislador decide cómo repartir ese dinero y no tiene tope de
designaciones, es decir, puede nombrar a 10 personas con salarios de más de un
millón de pesos o a 20 con sueldos de alrededor de $500.000.
Si se multiplican los $11.676.000 por los
72 senadores, da un total de $840.672.000 en salarios para estos asesores de
planta transitoria. Los senadores tienen 1132 asesores: gastos por al menos
$840 millones y dudas sobre la planta permanente Pero en los despachos de los
senadores también se pueden encontrar asesores de planta permanente, es decir,
personas que cobran su salario directamente del Senado de la Nación y no del
presupuesto que posee cada legislador. El senador puede aprobar o rechazar su
presencia, no es obligación aceptar su designación. “Yo tengo en mi despacho
asesores que fueron designados hace más de 20 años por viejos colegas, esa
persona después pasó a planta permanente y acá está, a mí no me resta y la
plata no sale del presupuesto que tengo”, le confía a un senador que pidió reserva. Se cree que de
los 1132 asesores de los senadores, unos 400 sean de planta permanente, por lo
que no es posible determinar cuánta plata representan en el cálculo final.
El
problema se plantea cuando estos asesores no son asignados a ningún despacho y
terminan siendo ubicados en sectores como la Biblioteca del Congreso. Para
muchas voces críticas del Congreso, es en ese momento en que se convierten en
“ñoquis”. “Ahí es donde se debe poner el ojo, no en los asesores que designamos
nosotros, el problema está en la planta permanente enorme que se generó en los
últimos años”, dice otro legislador libertario. Actualmente, el Senado tiene
unos 4000 trabajadores entre planta permanente y transitoria. Cuando una
persona no logra trabajar en ningún despacho, se la suele ubicar en las
comisiones, en donde realizan trabajos administrativos, como recibir los
proyectos, procesarlos y dar un informe.
Si nada de esto ocurre, entra en un proceso
de stand by de seis meses hasta que se define su situación. El interrogante
mayor es conocer el número de asesores de la planta permanente que no fueron
recibidos en ningún despacho y debieron ser reasignados a otras tareas. Se
habla de al menos 1000 personas. Para muchos legisladores estos son los
denominados “ñoquis”, porque no siempre cumplen con sus funciones o terminan en
sectores que no requerían más personal. La escala salarial bruta del Senado expone
que los asesores con la categoría más baja, la 14, tienen sueldos desde los
$230.000 y quienes estén en la categoría más alta, la 1, perciben sueldos de
alrededor de $1.409.000. Despachos con hasta 40 personas y dudas sobre las
funciones de cada uno La senadora que posee la mayor cantidad de personal a
cargo es la chaqueña María Inés Pilatti Vergara, que posee 40 asesores en su
despacho. Esta legisladora del Frente Nacional y Popular, que responde a Jorge
Capitanich y muy cercana al kirchnerismo, tiene ocho asesores correspondientes
a la categoría más alta: la A-1. Es decir, que solo estos suman $11.279.696 en
salarios en bruto. Luego tiene otros 7 categoría A-2, con sueldos que rondan
los $1.100.000 y otros dos empleados categoría A3, solo por nombrar a los
primeros de la lista. Un cálculo de
determinó que las 40 personas que trabajan en el despacho de Vergara le
insumen al Senado unos $32 millones mensuales en asesores y colaboradores.
Este medio se contactó con la senadora,
pero al cierre de esta nota no había obtenido respuesta. Otra de las historias
curiosas que se pueden encontrar en los despachos de los legisladores es la
presencia de Mariana Rodríguez Saá, hija del expresidente de la Nación Adolfo
Rodríguez Saá en el equipo de asesores del libertario Bartolomé Esteban Abdala.
Según pudo saber la mujer pertenece a
la planta permanente y fue aceptada para trabajar en el despacho del
representante de San Luis. “Es un signo de que hemos crecido”, dicen cerca del
senador. En el despacho del senador kirchnerista neuquino Oscar Parrilli, se da
una particularidad: allí trabaja como asesor es Aníbal Ibarra, exjefe de
Gobierno porteño al momento de la tragedia de Cromañon. Su presencia allí tal
vez no sea una novedad, ya que defendió a Cristina Kirchner durante un breve
lapso en la causa del Memorándum con Irán y a Parrilli en otros expedientes.
Es categoría A-2, por lo que percibe un
salario bruto de unos $1.100.000. El exdirector Nacional Electoral Alejandro
Tullio también se desempeña como asesor en el despacho de la senadora por
Neuquén Carmen Lucila Crexell (Comunidad Neuquén). Posee la categoría A3, un
salario apenas superior al millón (bruto). “Mi tarea es revisar las cuestiones
de materia pública y electoral, las que puedan ser objeto tanto de reformas
legislativas como de funciones de control. Analizo y le hago informes a la
senadora. Le marco un menú de temas a hacer un seguimiento y ella decide en
virtud de su agenda. En enero trabajamos con el proyecto de boleta única para
tratar de lograr su aprobación y preparar un despacho que contemplara los
intereses particulares de la provincia de Neuquén”. El aumento de las dietas de
los senadores y la cantidad de asesores que posee coloca en la mira su
desempeño. Hay voces críticas de la forma en la cumplen su rol. A modo de
ejemplo, señalan que hay pliegos de ascenso de los oficiales superiores de las
tres Fuerzas Armadas que duermen desde hace dos años en los cajones de la
Cámara Alta.
En rigor es la comisión de acuerdos del
Senado la que se debe encargar de validar los ascensos propuestos por el Poder
Ejecutivo Nacional. Según un análisis de
, hay senadores que poseen entre seis y siete asesores, mientras que
otros tienen cerca de 35. Estos últimos están compuestos en su gran mayoría por
trabajadores de planta permanente. La gestión de Victoria Villarruell busca que
en los despachos solo se queden con integrantes transitorios, pero es una
negociación difícil de encarar. La discusión por los salarios de los senadores
y diputados hará que el kirchnerismo presente un proyecto para limitar los
sueldos de los tres poderes de la administración pública nacional. La
iniciativa buscará que se establezca un límite de 20 salarios mínimos para las
remuneraciones de las cabezas del Gobierno, la Justicia y el Congreso.
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