La incomprensión
del futbol juvenil.
Pekerman: “Perseguir sueños y sentir en el fútbol que había muchas cosas por
hacer y que había mucha incomprensión al desarrollo del fútbol juvenil. Pasamos
momentos muy duros, después de mis experiencias como entrenador de juveniles en
clubes, en Argentinos Juniors, ese conocimiento cada vez que nos encontrábamos con
otros entrenadores, todos sentíamos que estábamos perdiendo el tiempo, que no
había un entendimiento a dónde se podía llegar”.
“Argentina desaprovechaba mucho lo que son
los torneos internacionales. Por algo la FIFA hizo esta apertura de hacer
torneos juveniles. Porque le da la posibilidad a los países de tener un trabajo
extra, que cada federación vaya formando sus futuros jugadores. Cuando se juega
un mundial de mayores, es el evento máximo del mundo del fútbol, y miren a
dónde hemos llegado”.
Hasta el año 1994 Argentina no había ganado
títulos y no había participado en algunos mundiales.
"Era muy difícil el comienzo, pero las
convicciones eran muy fuertes y era una gran oportunidad, sabía que el público
argentino y del fútbol, los que van a ver fútbol... Quería hacer intervenir a
todos. Sabía que era una propuesta que iba a llegar, todos son padres, hijos...
El deporte es fundamental, el fútbol tiene una connotación social muy
importante. Sabía que iba a pegar fuerte, lo necesitábamos. El fútbol de
Primera tiene su interés por que es la vidriera máxima, pero las Inferiores son
la fábrica, el corazón, donde se forma el futuro. Agradezco a todos los cuerpos
técnicos, encontré compañeros. No buscaba amigos ni técnicos con experiencia en
Primera, sino gente con la misma visión y un pensamiento parecido".
“En
los cuerpos técnicos anteriores no había especialistas de jóvenes, nosotros buscamos
gente que tenga experiencia en primera división”.
El
trabajo con Tocalli en los inicios.
"Sabía que reunía las condiciones
humanas, algo fundamental, y profesionalmente era igual. Había hecho un buen
trabajo en formación. Trabajábamos cosas en las que quizás los clubes no eran
tan fuertes. Encontramos mucha colaboración de los clubes. Fuimos a cada pueblo
del Interior, quizás traíamos a un chico que no era muy conocido en Buenos
Aires y había alguna crítica".
“Siempre con el ideal de que estamos en una
actividad distinta. Vienen chicos destacados a buscar un lugar en la selección,
porque tienen que ser con valores que entiendan a dónde están. No imponer una
palabra fea, sino tratar de encontrar una disciplina que los haga más fuertes
mentalmente”.
“Cuando esos chicos vienen a un mundo
distinto desconocido para ellos, hay que ambientarlos, darle la posibilidad de
sentirse cómodos. Te asusta la gran ciudad, te asustan los nombres de los
clubes. De repente un chico que venía de Comodoro Rivadavia, venía de Salta, Tucumán,
Mendoza, venían a Buenos Aires y de repente se encontraban con un Riquelme, con
un Sorín, con un Cañito Ibagaza. Jugadores que, en Buenos Aires, a ese nivel,
eran conocidos y se sentían mucho más maduros”.
“El post mundial 2018 fue muy triste, muy delicado”.
“Para la selección era el momento más
crítico que se vivió. Porque nunca hubo un mundial donde más allá de una
derrota en cuartos de final que hemos tenido, o una final como pasó con
Alejandro Sabela en Brasil 2014, los vestuarios siempre fueron unidos. Siempre
hubo buena comunicación, un cariño hacia la selección y hacia los compañeros. No
hubo ego, no hubo luchas, pero el 2018 puso un punto muy crítico, y finalmente
lo sacan adelante este cuerpo técnico”.
“Va a haber una continuidad y una potencia
futbolística como es Argentina que tuvo que esperar tantos años para llegar a
un título, ha llegado por todos los intentos, por todas las experiencias, por
todo el intento de superación y bueno, es momento de disfrutar”.




