Esto se debe, en
gran parte, a los avances terapéuticos y a la detección precoz, lo que permite
tratar la enfermedad en sus primeras etapas, con tasas de curación de más del
90%.
El cáncer de mama
se origina cuando las células comienzan a multiplicarse de manera
descontrolada, dando lugar a un tumor maligno. Esta enfermedad puede
presentarse en cualquier mujer, aunque el riesgo de desarrollarla aumenta con
la edad, y la mayoría de los casos de detectan entre los 55 y 65 años.
Sin embargo,
cerca de un 10% de casos se da en menores de 40 y otro 10%, en mayores de 80.
Los avances en el tratamiento del cáncer de mama son prometedores, pero la
prevención sigue siendo el mejor aliado para reducir la mortalidad.
En el marco del
Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra cada 19 de octubre, se destaca
la importancia de que la población tome un rol activo en el control de los
factores de riesgo. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que
entre estos factores se encuentran la obesidad, el consumo de alcohol o tabaco,
los antecedentes familiares de la enfermedad, la exposición a radiación, los
antecedentes reproductivos y hormonales.
Sin embargo,
cerca de la mitad de los casos se presentan en mujeres que no tienen factores
de riesgo identificables Uno de los puntos más importantes en la detección
temprana del cáncer de mama es la realización de mamografías anuales. Según la
SAM, todas las mujeres deben someterse a este estudio a partir de los 40 años.
Para aquellas que tengan antecedentes familiares de la enfermedad, se
recomienda comenzar 10 años antes de la edad en la que se diagnosticó el cáncer
al familiar más joven.
5 hábitos que
ayudan a prevenir el cáncer de mama
No fumar
Seguir una dieta
saludable
Limitar la
ingesta de alcohol
Hacer ejercicio y
controlar el peso corporal
Gestionar el estrés
Según la doctora
María Eugenia Azar, vicepresidenta de la SAM y jefa del Departamento de
Mastología del Instituto Roffo, los hábitos saludables no solo impactan en la
prevención de esta patología, sino que también influyen en otros tipos de
cáncer y mejoran la tolerancia a los tratamientos. “Los hábitos de alimentación
saludable y la actividad física no solo previenen la enfermedad cardiovascular,
también disminuyen el riesgo de desarrollar cánceres como el de mama, colon y
endometrio”, explicó.
La doctora Sabrina Barchuk, miembro de la SAM y médica del Hospital Fernández, recomendó seguir una dieta rica en vegetales, frutas, cereales integrales y proteínas magras, como el pescado. Otro consejo muy importante es limitar al máximo la ingesta de alcohol, teniendo a lo sumo un consumo moderado: “Para las mujeres, esto equivale a una copa por día. El riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer (como el de mama y del hígado) parece aumentar con la cantidad de alcohol que se consume y el período durante el cual se ha consumido con regularidad”, apunta.
Asimismo, remarcó la importancia de mantener un peso saludable y controlar el estrés, ya que tiene un impacto negativo en el sistema inmunitario y en la calidad de vida.
Cuidarse antes y
después de los 40
La mamografía, se
recomienda el autoexamen mamario como una herramienta complementaria. “Todas
las mujeres deben autoexaminar sus mamas desde la adolescencia para aprender a
conocerse y detectar alguna anomalía”, sostiene la doctora Azar. Este
procedimiento, aunque no reemplaza a los estudios de imágenes, permite que las
mujeres se familiaricen con su cuerpo y puedan identificar cualquier cambio,
como la presencia de un bulto, cambios en el tamaño o forma de la mama,
hundimiento del pezón o secreciones.
Este año, la
Sociedad Argentina de Mastología fue reconocida por el Ministerio de Salud de
la Nación como entidad certificante de la especialidad de mastología. Esto
asegura que los profesionales que tratan a las pacientes estén altamente
capacitados y actualizados. Según la doctora Azar, “la medicina ha avanzado en
todos los campos, por lo que se hace imperioso que quien maneja la patología
mamaria sea un especialista en el tema, que esté actualizado y formado en la
especialidad”.
Este
reconocimiento también incluye la obligación de que los mastólogos revaliden su
certificación cada cinco años, lo que garantiza que los profesionales estén al
tanto de los últimos avances en la materia.