La Comisión de
Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia se encuentra en un momento
crítico tras un encuentro marcado por decisiones arbitrales controversiales que
llevaron a la expulsión de seis jugadores, truncando su sueño de ascender al
Torneo Federal A. El árbitro Marcos Santos cobró un penal inexistente a favor
del equipo de General Pico, desatando una serie de incidentes que culminaron en
una batalla campal, dejando a la CAI fuera de la competencia.
El partido, que
se disputó en un ambiente tenso y cargado de expectativas, comenzó con la CAI
buscando demostrar su valía en la final del Torneo Regional. Durante los primeros minutos, el equipo mostró un buen nivel de
juego, pero la situación cambió drásticamente cuando Santos sancionó un penal
que dejó a todos los presentes atónitos. Este fallo no solo favoreció a Costa
Brava, que se encontraba 1-0, sino que también desencadenó una serie de
expulsiones que afectaron gravemente al equipo comodorense.
Valentín Pese,
uno de los jugadores más destacados de la CAI, expresó su profundo descontento
tras el partido. “Es frustrante ver cómo todo el
trabajo que hemos realizado durante meses se desmorona por algo que no tiene
que ver con el fútbol. Nos sentimos perjudicados desde el principio”, comentó
Pese. Su tristeza se vio amplificada por la distancia con su familia, y su
deseo de que el equipo pudiera competir en igualdad de condiciones fue evidente
en sus palabras.
Maxi, otro miembro fundamental del plantel,
se unió a las críticas hacia el arbitraje y lamentó cómo las decisiones de
Santos afectaron no solo el rendimiento del equipo, sino también la moral de
los jugadores. “No podemos jugar de igual a igual cuando estamos constantemente
al límite por decisiones que no son correctas. Esto no solo afecta a los
futbolistas, sino a todos los que trabajan en el club”, afirmó Maxi, destacando
la importancia de la justicia en el deporte.
La impotencia se apoderó del equipo a
medida que avanzaba el partido. Las expulsiones comenzaron a acumularse, y los
jugadores de la CAI se vieron obligados a abandonar el campo, dejando a su rival
con una ventaja numérica significativa. La situación se tornó aún más caótica,
lo que llevó a una interrupción del juego y a un clima de tensión palpable
entre los aficionados y los jugadores.
El director técnico de la CAI también
expresó su descontento, señalando que la actuación del árbitro desvirtuó la
final y sembró la vergüenza en el equipo. “Lo que vivimos hoy fue inaceptable.
La gente vino a ver un espectáculo y lo que presenciamos fue un escándalo”,
comentó, enfatizando la necesidad de un arbitraje justo para que el fútbol
mantenga su esencia.
A pesar de la adversidad y la frustración,
tanto Pese como Maxi coincidieron en que el equipo debe seguir adelante. “No
podemos dejar que esto nos frene. Seguiremos trabajando y luchando por nuestros
sueños. La CAI es un club con historia, y tenemos que honrar eso”, concluyó
Pese, mientras Maxi reafirmó su compromiso con el equipo y la comunidad que los
apoya.