Luego de los mensajes iniciales se dio paso al trabajo en las mesas temáticas, que se realizaron tanto dentro como fuera del salón aprovechando el clima favorable. Tras varias horas de debate, cada mesa presentó sus conclusiones ante el plenario. En términos generales, se coincidió en la necesidad de recuperar la presencia territorial del peronismo en cada comunidad, profundizar la formación política de la militancia, ampliar la participación de mujeres y diversidades, fortalecer la comunicación, acompañar a las juventudes y avanzar en propuestas locales vinculadas a educación, salud y desarrollo productivo. En conjunto, las mesas subrayaron la importancia de construir una organización más moderna y eficaz, sin renunciar a los principios fundantes del movimiento.



Antes del almuerzo tomó la palabra Miguel “Colo” López, quien planteó que el desafío actual no es reconstruir el peronismo, sino reorganizarlo. Señaló que el movimiento atraviesa un momento de desorden que exige trabajo, claridad doctrinaria y compromiso real. Recordó que en todas las mesas surgió la misma pregunta —cómo la derecha logró ganar una elección— y afirmó que parte de la respuesta está en la propia responsabilidad del peronismo y en ciertas malas decisiones dirigenciales. Reivindicó la necesidad de debatir con honestidad y desmintió que en el armado partidario se haya excluido a alguien, explicando que quienes no pudieron participar no contaban con la documentación correspondiente. Cerró señalando que, para volver a ser opción, es imprescindible recuperar la organización territorial que históricamente le dio fortaleza al movimiento.



Ya pasada la media mañana llegó Juan Pablo Luque, quien había viajado desde Rawson a Comodoro tras recibir allí el diploma que lo habilita como diputado nacional electo. Temprano emprendió viaje hacia Senguer para participar de toda la jornada. En su intervención sostuvo que “los peronistas necesitamos líderes que marquen un camino y generen confianza”, y comentó que venía de reunirse con dirigentes nacionales que reflexionaban sobre la necesidad de comprender qué le está pasando a la gente. Señaló que el fenómeno del voto bronca no es exclusivo de Argentina y que esto debe impulsar una autocrítica sincera. Valoró la oportunidad de debatir de frente en estos espacios y cuestionó a quienes intervienen solo desde lo mediático, generando divisiones. Cerró con una reflexión sobre la responsabilidad política: “Los que somos dirigentes tenemos que decidir para qué queremos ser dirigentes: si para agrandar los problemas o para trabajar en las soluciones que la gente necesita”.